lunes, 17 de febrero de 2014

La carta de Gardel - novela - fragmento



Ya en la habitación que dispuso Isidro para mi, distante, por suerte, de la destinada a su madre, Elena, encendí el televisor y me puse a ver el canal Infinito.
La decisión equivocada era el nombre del programa, tragedias protagonizadas por gente común, exploraba el por qué de las decisiones erróneas que llevaban a la desgracia. Un encadenamiento de cosas que aparentemente no tiene explicación. Vi un programa entero que me dejó pensando. ¿Y si venir aquí hubiera sido una decisión equivocada? ¿Por qué encontrarme con Isidro, después de tanto tiempo? ¿por qué confiar en él entregándole la carta destinada a Claudio? Como siempre, la famosa frase de Pascal se seguía cumpliendo: el corazón tiene razones que la razón no comprende.
Terminó el programa y me duché. Tenía ganas de salir a caminar por el pueblo. El agua salía de la ducha con presión y tibia, mientras seguía pensando en solucionar de una buena vez el tema de la carta de Gardel.
Salí de la ducha y sonó enseguida el teléfono. Era Isidro. Teníamos que hablar en forma urgente. Dije que bajaba enseguida y salíamos a tomar un café. Mientras me vestía vi una araña chiquita tejiendo en un rincón cerca de la ventana. Un rayo de sol atravesaba miles de partículas de polvo. La araña me repugnaba, decidí no matarla.
Fuimos a un bar a dos cuadras del hotel. Isidro me entregó ahí  una libreta, dijo que una mujer la había olvidado ahí en la habitación donde estaba yo.
- Creo que tiene que ver con el caso que investigás.
- ¿De quién puede ser?
- Leela.
Abrí la libreta y miré algunas páginas. Reconocí enseguida la letra de Mary. Era un diario. ¿Por qué huiría? ¿por qué no quería que le siguiera los pasos?
- Estoy harta de este caso, Isidro.
- No sos vos sola. Yo también conozco a varias personas que tienen que ver con esto.
- Ya que estamos quisiera hablar de otro tema - dije.
- ¿Qué pasa?
- Que a mi no me podés engañar, Isidro, te conozco muy bien.
- No quiero meterme en tu vida, no me corresponde, pero estás cometiendo los mismos errores de siempre.
- ¿Te referís a Nora?
- Sí. Es un calco de tu mujer anterior, y ésta de la anterior y siempre la misma historia.
- ¿Yo podría decir lo mismo de vos?
- Sabés que los detectives no deben involucrarse en asuntos amorosos, por lo menos eso dice Chandler.
- ¿Desde cuándo a vos te importan las recetas?
No le contesté. Me interesaba que me presentara al mago pero tenía que decirle lo que pensaba, sólo así podría continuar nuestra amistad. No podía creer que lo de Nora fuera a durar mucho tiempo, le conocí a tantas mujeres que era imposible pensar que Isidro podía haber cambiado.
¿Era importante?  Me puse a pensar en la serie que había visto por el canal infinito. No quise hablar de eso con Isidro, a la noche conocería a Valentín, el mago.

(c) Araceli Otamendi - Todos los derechos reservados

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